¿Qué día quieres tener hoy?

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¿Qué día quieres tener hoy?

¿Cómo te has levantado este día? ¿Has prestado atención a cómo te has despertado? ¿Te has percatado de lo que tienes? Yo hoy he prestado atención a mi mañana: me he levantado en cuanto mi móvil ha sonado a las 8.02 h, he disfrutado de ese café que por la mañana me despierta desde el mismo momento en que sentí su olor, luego fui a por mis cereales favoritos para disfrutar de ellos como nunca, ya que me encantan pero casi no tengo tiempo de saborearlos lo suficiente por las prisas de la mañana.

Y qué decir de la ducha, ese agua caliente que damos por sentado que va a estar allí siempre. Pero llega un día que no la tienes, que por cualquier causa no puedes ducharte con agua caliente… en ese momento es cuando de verdad la aprecias. Así que me preparé para tomar una ducha caliente en condiciones, sintiendo el agua en mi piel, ¡qué agradable sensación cuando la disfrutas de verdad! Es decir, cuando le prestas atención.

Muchas veces no somos conscientes de lo que tenemos, y como está ahí todos los días no lo apreciamos como deberíamos, sólo nos damos cuenta que no tenemos esas cosas cuando se nos acaban, sólo valoramos el agua caliente cuando se estropea la caldera. ¿Por qué tenemos que esperar a que esas cosas pasen para apreciarlas?

Luego me dispuse a salir de casa al trabajo; es un paseo que disfruto mucho, ya que es el momento en que puedo ver el sol, sobre todo en esta época que es algo extraordinario. Sentir el calor de esos rayos llenos de vitamina A, los rayos de sol están llenos de antidepresivos, es una sensación que no apreciamos como deberíamos, sólo buscamos el sol cuando hace frío para calentarnos pero realmente no nos detenemos a sentirlo.

Madrid

Al salir de casa, cuál es mi sorpresa que está nevando en Madrid: ¡vaya maravilla! La mayoría de la gente lo ve como un día horrible, de lluvia o gris, pero no es más que un día como todos. Para mí es maravilloso ver todo lo que veo camino al trabajo, pero esta vez con la perspectiva del agua nieve que inunda las calles, los monumentos de la ciudad y la cara llena de nieve de los desprevenidos que no se llevaron el paraguas.

Aproveché mi camino para hacer un par de fotos mientras lo recorría como siempre y poder disfrutar de eso en esta ciudad que poca veces ve la nieve.

Me paré a ver la reacción de la gente para darme cuenta de lo poco que les importaba aquel día; sólo iban como borregos camino a su puesto de trabajo, y seguramente muchos de ellos dirían al llegar a la oficina o al taller o donde quiera que trabajen: «hace un día horrible», sin pararse a disfrutar de un día diferente lleno de matices que puede hacer que veas las cosas de otra manera.

Camino al trabajo vi la misma gente que veo todas las mañanas, algunos iban más deprisa para no mojarse, otros, sin embargo, iban algo más pendientes del entorno. Yo me sentí identificado con algunos de ellos, pues muchas veces soy yo el que no presta atención a estos detalles, cerrando los ojos ante este tipo de días únicos, este tiempo que no se repetirá, estos días que depende de nosotros si es especial o sólo un día más.

Yo me alegro de que para mí, hoy, haya sido un día único. Por eso traté de compartirlo con la mayor cantidad de gente que pude, mandándoles fotos de un día diferente, de un Madrid diferente.

Aquí dejo una de las fotos que les he mencionado, espero la disfrutéis tanto como yo al hacerla.