Optimismo y Motivación
El «optimismo« es una actitud frente a la vida, una manera de ver las cosas; hay gente que se enfrenta a la vida con optimismo y otra que sólo ve el lado negativo de las cosas, o como yo digo, cada uno ve la realidad de manera diferente, con el coaching puedes ser tu mejor versión y aprender que el optimismo es una elección.
Existen personas que no importan lo que se propongan, son capaces de emprenderlo, de llevarlo a cabo, y todo con una sonrisa. También está el lado opuesto, gente que aunque se lo proponga no es capaz de nada, todo le sale mal, o simplemente no le sale. El optimismo está en los ojos de quien lo vea.
Esto no va de levantarte un día y pensar «hoy voy a ser optimista«; además de ser una cuestión de actitud, también depende del entorno y de lo que cada uno quiere creer. Se dice que la mejor manera de aprender es a base de experiencias, yo enfatizo que de las buenas se aprende, pero las malas experiencias se enquistan y perduran en el tiempo. Si vamos a un restaurante y muchas de las veces nos gusta la comida o cómo nos atienden, basta con que un día tengas una mala experiencia, para que siempre sea recordada.
Ante una mala experiencia el pesimista se regocijará en ella, la recordará, la citará cada vez que pueda, por ejemplo, el típico viaje a la playa y ese día llueve, el pesimista cada vez que se mencione esa playa dirá: «cuando yo fui estuvo lloviendo» o «el viento no nos dejó disfrutar». Para el optimista que a lo mejor vivió la misma experiencia, será un recuerdo más, no algo que lo ha marcado ni será lo único de lo que se acordará. Por eso es fácil identificarlos y huir de ellos, ya que esa actitud pesimista es contagiosa y fácil de transmitirse.
Eso también pasa con las parejas, puede que hayamos tenido parejas maravillosas en el transcurso de nuestras vidas, siempre recordaremos aquella que nos fue infiel, o que nos trató mal, y no sólo eso, bastará con ver algún atisbo de esa ex pareja en la nueva para que de inmediato pensemos que nos hará lo mismo. Por eso digo que las malas experiencias son permanentes en la mayoría de las veces, depende de nosotros mismos el transformar esa mala experiencia en aprendizaje, y comprender que no porque nos haya pasado algo alguna vez, nos tiene que volver a pasar, o le tiene que pasar a todo el mundo.
Hay muchas maneras de ser optimista, desde ver la vida color de rosa o simplemente quedándose con lo mejor de cada experiencia, sacando provecho a ese proceso por el que hemos pasado y siendo capaces de dejar lo bueno de la experiencia y usar lo malo para que no vuelva a afectarnos como en anteriores ocasiones.
Optimista y pesimista
En el trabajo es muy fácil diferenciar quién es el «optimista» y quién el «pesimista», al igual que en el grupo de amigos, muchas veces se nota en actitudes pero generalmente se nota con sólo hablar. Está el típico viaje de amigos donde todos vamos a la playa o la montaña y uno de esos días llueve, en este caso el optimista se quedará con que disfrutó de los amigos, bebió, comió, y seguramente ni se acordará que un día llovió; en el lado opuesto, el pesimista recordará siempre que llovió, hizo malo y no lo disfrutó, aun cuando seguramente hubo más cosas positivas que negativas. Por eso muchas veces cuando hacemos viajes con más gente, cada uno tiene su propia versión del viaje (cada uno ha visto su realidad y todos de manera diferente), eso es interesante observarlo, porque te puede dar pistas para reconocer de qué lado te inclinas más, si por el optimista o por el pesimista.
“No tenemos la oportunidad de hacer muchas cosas, por lo que cada cosa que hagamos debe ser excelente. Porque ésta es nuestra vida” Steve Jobs
¿Cuál es tu actitud frente a la vida?
Alfonso Suárez – (@CoachAlfon)
Executive & Personal Coach
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